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Concesiones chilenas serían modelo para Costa Rica

Redacción La República [email protected] | Miércoles 21 septiembre, 2016


El concesionario líder en el desarrollo y manejo de las carreteras chilenas es la española Abertis, cuya próxima obra será una nueva sección de la Ruta Los Libertadores, acá vista en maqueta.


RESUMEN EJECUTIVO


La concesión como forma de desarrollar la infraestructura vial no ha sido apoyada, ni por esta administración, ni por la anterior.
Por otro lado, la figura está funcionando en Chile, que desde hace tiempo acudió a ella por los mismos problemas del financiamiento público que actualmente rigen en Costa Rica.
Gracias en parte a las concesiones, Chile se encuentra entre los 25 mejores países del mundo en cuanto a la calidad de las carreteras, mientras Costa Rica enfrenta el problema de las presas, cada año peores, ya que la cantidad de vehículos sigue creciendo sin que se invierta casi nada en la infraestructura vial.

 

La concesión como forma de desarrollar y operar la infraestructura vial no ha sido apoyada, ni por esta administración, ni por la anterior.

Tanto, Carlos Villalta, ministro de Obras Públicas, como su predecesor, Carlos Segnini, han comentado favorablemente sobre la opción de la concesión bien regulada; sin embargo, no ha avanzado ningún proyecto de esta índole durante esta administración.

Entretanto, el gobierno de Laura Chinchilla en 2013 canceló el contrato de concesión de la brasileña OAS para desarrollar la carretera San José-San Ramón.

Por otro lado, la figura está funcionando de forma amplia en Chile, que desde la década de 1990 acudió a ella por los mismos problemas del financiamiento público que rigen actualmente en Costa Rica.

La principal ventaja es el hecho de que el concesionario trae su propio financiamiento con que paga la obra, cuyo costo se recupera por los peajes, bajo el principio de “el usuario paga”.

Con esto, no hay presión en las finanzas públicas deficitarias, como es el caso de Costa Rica, donde el Gobierno cada año se encuentra más endeudado.

“El utilizar la figura de las concesiones reduce la necesidad de que el Gobierno tenga que participar en las obras como inversionista de los proyectos, en momentos en que la disponibilidad de los recursos y la capacidad de endeudamiento son muy limitados, dada la fuerte presión sobre las finanzas públicas”, dijo el economista Alberto Franco.

Otra ventaja es que tiende a haber un incentivo para el concesionario de construir la mejor obra posible, ya que la misma empresa sería responsable de darle el mantenimiento durante un periodo promedio de 30 años.

Varias de las principales autopistas de Chile fueron construidas y son operadas por las concesiones privadas, incluyendo buena parte de la Panamericana, así como las nuevas pistas urbanas de Santiago.

El mayor operador es la española Abertis, que administra más de 770 kilómetros de carreteras, entre ellas el Eje Norte-Sur, y la Santiago-Valparaíso.

Gracias en parte a las concesiones, Chile se encuentra a la cabeza en cuanto a la calidad de las vías en Latinoamérica y es 31 en el mundo, de acuerdo con el Foro Económico Mundial.

Mientras los costarricenses enfrentan el problema de las presas, cada año peores, ya que la cantidad de vehículos sigue creciendo sin que se invierta casi nada en la red vial, considerada como una de las peores a nivel global.

 


ENTRE DOS POLOS


Cuando hay supervisión eficiente, cualquier sistema de construir y operar las carreteras funciona bien, tal como demuestran los ejemplos tanto del Norte como del Sur de las Américas. Entretanto, Costa Rica no ha querido otorgar ninguna concesión, desde la cancelación en 2013 del contrato de la brasileña OAS para desarrollar la carretera San José-San Ramón. Por su parte, el Estado está construyendo tan solo 57 kilómetros de carreteras nuevas, entre San Carlos y San Ramón por un lado, y por otro entre Chilamate y Vuelta Kooper.

Canadá
Modelo estatal

Casi todos los 40 mil kilómetros de carreteras principales son del Estado.
El Estado otorga el contrato de construcción a la empresa privada que presenta la mejor oferta.

  • El Estado opera la carretera, una vez que está construida
  • Los impuestos financian tanto la construcción como el mantenimiento
  • El costo para el público es bajo, ya que nadie obtiene un beneficio

 

Chile
Modelo concesión

Chile tiene un régimen mixto, en el que muchas carreteras son operadas por el Estado; sin embargo, miles de kilómetros consisten en concesiones.

  • El Estado otorga una concesión a la empresa privada que presenta la mejor oferta
  • La empresa construye y opera la carretera, cobrando un peaje a los usuarios
  • La empresa tiene un incentivo para construir una buena obra, ya que será responsable de su mantenimiento
  • El Estado conserva sus recursos para invertir en obras sociales

 

Costa Rica
Modelo incierto

Pese a que el Estado tiene problemas para financiar el desarrollo de la infraestructura vial, al lidiar con un déficit crónico, no se ha puesto en marcha ninguna concesión desde la de Globalvia en la Ruta 27.

  • Se podría copiar el modelo chileno, al otorgar concesiones a las empresas privadas
  • Sin embargo, las carreteras deben ser operadas por el sector público, de acuerdo con la administración Solís
  • Se podría copiar el modelo canadiense, en el que el Estado construye y opera las carreteras
  • Sin embargo, el Estado costarricense tiene poco dinero para invertir en construcción o mantenimiento
  • En estas circunstancias, la solución ha sido no hacer nada

BUENO Y MALO


Tanto Chile, que aprovecha el modelo de la concesión, como Canadá, cuyas carreteras son operadas por el Estado, cuentan con infraestructuras entre las mejores del mundo. Por otra parte, la red vial costarricense es una de las peores (índice 2015-2016 de calidad entre 140 países, del Foro Económico Mundial).

País Posición
Canadá 23
Chile 31
Costa Rica 119

 







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