Construcción cívica y material de nuestra república

Emilio Bruce [email protected] | Viernes 17 enero, 2025

Tratan de convencernos que una república se construye a punta de mentiras, agresiones, insultos y descalificaciones. Curioso, yo siempre creí que la construcción de un país se materializaba a base de seriedad, estudio, integridad y sobre todo de acuerdos y decencia.

Quienes hemos prestado atención a la política de Costa Rica en los pasados tres años hemos apreciado que más que construir un país, lo que partidos, figuras políticas y el gobierno mismo han buscado día a día es destruir a los partidos tradicionales que condujeron este país desde 1949. Destruir a los adversarios políticos lejos de aprovechar sus ideas, capacidades y logros pareciera que ha sido la labor permanente y enconada de quienes desean reemplazarlos en la conducción de los asuntos políticos de país. Lo curioso del caso es que lo habían logrado desde hace ya tres administraciones.

Destruir a quienes dejaron de gobernarnos hace tiempo pareciera totalmente superfluo ya que a esos adversarios ya los habían derrotado. En todo caso en democracia surgen de manera continua nuevos adversarios.

No ha dejado de llamarme poderosamente la atención que hayan puesto como presidente de la CCSS a una dama abogada, no administradora, que había sido magistrada suplente de la Sala Constitucional pero que carecía de conocimiento y experiencia en el campo de la salud. Me ha llamado poderosamente la atención que la espera de los pacientes por recibir atención médica, recibir cirugías o exámenes complejos se haya prolongado haciéndose cada vez más difícil de soportar.

Me ha llamado poderosamente la atención también que se haya señalado que la CCSS está quebrada y casi como consecuencia de esta afirmación se haya dejado de pagar la deuda del estado con la institución. Sin el pago de los servicios que se prestan todos los días las finanzas de la institución se ven afectadas seriamente. Billones de colones se han acumulado de deudas del estado con la CCSS. ¿Dónde están las soluciones a los diferentes problemas de esa vital institución? Si no se pagan las deudas no habrá salvación para los servicios de salud que ésta presta. Sin recursos las demoras y esperas que atentan contra la salud, contra el bienestar y la vida de los costarricenses jamás se verán atendidas y resueltas.

Los gobernantes están para enfrentar y resolver los problemas de los costarricenses. Si tienen una mejor alternativa a la CCSS es preferible que la expliquen públicamente a todos ellos. El camino seguido no es correcto ni los costarricenses enfermos se merecen esta situación.

Todos sabemos que la educación pública desde la prescolar hasta la universitaria es el camino de la movilidad social y de la superación de los costarricenses que desean ser mejores y tener una vida exitosa y de provecho para ellos y sus descendientes. Muchas decisiones tomadas por la administración de la educación costarricense no se entienden. La enseñanza de la informática es vital en la sociedad moderna. Apartaron de ese cometido a la Fundación Omar Dengo, pero las soluciones institucionales no han sido suficientes ni han abarcado el universo estudiantil que quedó sin atención. La educación para miles de costarricenses es posible a través de becas y de ayudas que fueron institucionalizándose a lo largo de muchos años. Hoy dichas becas y ayudas se han reducido de manera dramática, y claro muchos miles de estudiantes ya no pueden ir a clases y lo que es peor su vida futura ha sido alterada para menos y para mal. Los programas, la capacitación de educadores y el mantenimiento de escuelas se han visto deterioradas por decir lo menos. La educación pública es un puntal fundamental y de trascendental consecuencia para toda la población, su bienestar y el desarrollo económico del país. Sobre la educación rueda el mejor futuro de los costarricenses.

Todos tenemos el derecho de vivir en paz, seguridad y bajo el amparo de las leyes y las autoridades del país. Cada vez resulta más claro que la inseguridad ha aumentado produciendo desasosiego en las poblaciones más afectadas por la pobreza y el desempleo. El narcotráfico ha hecho su ingreso cada vez más intenso en nuestra sociedad. Nuestras autoridades no parecen tener ni la capacitación, ni el número, ni el apertrechamiento y menos el liderazgo para estos tiempos. Días aciagos viven muchas comunidades. Tiempos oscuros y dramáticos vive el país.

Todo gira alrededor del déficit fiscal y eso es comprensible. Muchas instituciones que ya vieron sus mejores días deberían cerrarse, pero allí siguen gastando en lo que los costarricenses no necesitamos ni queremos, pero que nos vemos obligados a costear por falta de decisión para ponerle remedio. No hay plata, pero desperdiciamos lo poco que tenemos en lo que no nos ayudará a salir de nuestros problemas. Sacrificamos salud, educación y seguridad por conservar paralizada la reforma del estado.

Lo esencial sacrificado por lo accesorio. Lo indispensable pospuesto por lo que deberíamos haber eliminado hace rato. Las cosas se desenvuelven así mientras entre gritos y descalificaciones se conserva la campaña política que se iniciara antes de las últimas elecciones generales hace años.

Con esfuerzo y con afán debemos trabajar en las soluciones a nuestros problemas. Con diálogo, acuerdos y sentido costarricense de deponer confrontación y pleito debemos alcanzar compromisos en torno a las soluciones indispensables para hacer de nuestro futuro una vez más brillante, positivo y de beneficio general para los costarricenses.

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