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Lunes, 21 de abril de 2025



FORO DE LECTORES


Convergencia Criminal

Tania Molina Rojas [email protected] | Lunes 21 abril, 2025


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Tania Molina Rojas , Consultora y Escritora.

Futuro Secuestrado, Análisis Multidimensional de la Inseguridad en Costa Rica.

En la actualidad, 38 de las 50 ciudades más violentas del mundo se encuentran en América Latina. Gran parte de esta violencia está asociada al tráfico de cocaína, la cual es producida y consumida de forma local y reexportada en su mayor parte por vía marítima a mercados de alto valor en el mundo, alcanzando un récord de 1,784 toneladas de producción anuales. (UNOCD, 2021).

Considerando que las alianzas entre el crimen organizado y el terrorismo han evolucionado hasta convertirse en una amenaza mundial que desafía a gobiernos y sistemas de seguridad. Estas conexiones, presentes en regiones marcadas por la inestabilidad y la corrupción, potencian actividades ilícitas como el tráfico de armas y el lavado de dinero con el propósito de expandir sus capacidades operativas o ampliar sus zonas de influencia.

Ahora bien, el crimen organizado, en especial los grupos involucrados en el narcotráfico, han sido descritos en algunos países como «terroristas» o sistemas adaptativos complejos (SAC). Por lo tanto, la forma en que se aborda la cooperación entre agencias y estados en términos de financiación y enfoques policiales son similares a los aplicados en la guerra; es decir, son diametralmente opuestos a las formas en que se combate o previene la criminalidad general.

La situación actual del crimen organizado es mundial y se complica aún más por la creciente red de interconexiones, colusiones, diversificación de miembros y colaboraciones con gobiernos corruptos y corporaciones multinacionales. Su razón de ser es el lucro, mediante el tráfico de drogas, precursores químicos, armas, personas y otros bienes. Mientras tanto, el terrorismo busca influir en la política y la sociedad mediante la violencia y el miedo. Ambos tipos de actores se enfrentan al Estado y a las fuerzas de seguridad y utilizan, entre otros, la corrupción, la extorsión y el lavado de dinero para facilitar sus operaciones.

La convergencia entre el crimen organizado y el terrorismo se desarrolla de diferentes formas según el contexto y las oportunidades. En algunos casos, puede haber una simple cooperación puntual o una coexistencia pacífica entre grupos que comparten un territorio o un mercado. En otros casos, puede haber una integración más profunda o una transformación de un grupo en otro. Por ejemplo, algunos grupos criminales pueden adoptar una ideología política o religiosa para legitimar su violencia o atraer más seguidores, mientras que algunos grupos terroristas pueden recurrir al crimen organizado para financiar sus actividades o expandir su influencia, como el caso de Islamic State of Iraq and Syria (ISIS por sus siglas en inglés) grupo terrorista, paramilitar , insurgente, con buena parte de su capital proveniente del contrabando de petróleo, un campo de acción que con normalidad es utilizado por las redes criminales no terroristas.

En América Latina, la convergencia entre el crimen organizado y el terrorismo se ha manifestado de diversas maneras en los últimos años. Algunos ejemplos son:

• La presencia de grupos terroristas como las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) en zonas fronterizas donde operan redes de narcotráfico y contrabando. Estos grupos han establecido alianzas con cárteles mexicanos, bandas brasileñas y organizaciones locales para obtener armas, dinero y protección.

• La infiltración de grupos terroristas como Hezbollah y Al Qaeda en la región de la Triple Frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay. Estos grupos han aprovechado la laxitud de los controles migratorios y financieros para establecer células, reclutar adeptos y realizar actividades ilícitas como el tráfico de drogas, armas y diamantes.

• La emergencia de grupos híbridos como el Clan del Golfo en Colombia, que combina elementos del crimen organizado y el paramilitarismo. Este grupo se originó como una escisión de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), un grupo paramilitar que combatió a las guerrillas izquierdistas con apoyo de terratenientes, empresarios y políticos. Tras la desmovilización de las AUC en 2006, algunos de sus miembros se reorganizaron como una banda criminal dedicada al narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión.

• Pandilleros (Los Lobos y el Tren de Aragua) en el Tapón del Darién, explotando a los migrantes. Declaraciones de Samira Gozaine, Directora Nacional de Migración en Panamá, señalando que tienen información de inteligencia alertando sobre terrorismo «tenemos alerta de terrorismo, de grupos terroristas, de personas que colaboran con estas organizaciones», señaló (Talcualdigital.com, el 30 de abril de 2024).

Según datos del Observatorio de Crimen Organizado (OCO), entre 2020 y 2022 se registraron al menos 1.234 hechos violentos relacionados con la convergencia entre el crimen organizado y el terrorismo en América Latina, que dejaron un saldo de 3.567 muertos y 4.892 heridos. Los países más afectados fueron Colombia, México, Brasil y Venezuela. (Alfredo Yuncoza, 2023).

La convergencia del crimen organizado y el terrorismo es un fenómeno que amenaza la seguridad y la estabilidad de América Latina. Sin embargo, existen casos de éxito en el combate y la prevención de esta problemática, que pueden servir de referencia y aprendizaje para otros países de la región. A continuación, se presentan algunos ejemplos de buenas prácticas en materia de cooperación internacional, inteligencia y legislación de avanzada:

• Cooperación internacional: el caso de la Operación Martillo, una iniciativa liderada por Estados Unidos y apoyada por varios países latinoamericanos, que buscaba desarticular las redes de narcotráfico que operaban en el Caribe y el Pacífico, y que tenían vínculos con grupos terroristas como las FARC y el ELN. Esta operación logró incautar más de 200 toneladas de cocaína, detener a más de 600 sospechosos y debilitar las finanzas de las organizaciones criminales.

• Inteligencia: el caso de la Unidad Especializada contra el Crimen Organizado (UECO) de Colombia, una unidad de élite que se encarga de investigar y judicializar los casos más complejos y sensibles relacionados con el crimen organizado y el terrorismo. La UECO cuenta con personal altamente capacitado, equipos tecnológicos de última generación y acceso a fuentes de información privilegiadas. Gracias a su labor, se han logrado desmantelar estructuras criminales como el Clan del Golfo, los Rastrojos y el EPL.

• Perú: logró reducir de forma significativa la presencia y la actividad del grupo terrorista Sendero Luminoso, que operaba en alianza con el narcotráfico en zonas rurales del país. Esto ha sido posible mediante una estrategia que combina la presión militar y policial, el desarrollo social y económico de las comunidades afectadas, el fortalecimiento del estado de derecho, la justicia y el apoyo a las víctimas del terrorismo. Estas acciones han permitido recuperar la paz, la libertad y la dignidad de millones de peruanos que vivían bajo el terror y la violencia.

• Brasil:  ha enfrentado con éxito el desafío de garantizar la seguridad durante eventos internacionales como la Copa Mundial de Fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos 2016, que eran potenciales blancos de ataques terroristas o criminales. Para ello, el país desarrolló un sistema integrado de inteligencia, seguridad y defensa, que permitió prevenir e impedir cualquier amenaza o incidente. Estas acciones han demostrado la capacidad y la responsabilidad del país para organizar eventos de gran magnitud, así como para proteger a sus ciudadanos y visitantes.

• Costa Rica: a partir del 16 de marzo del 2009, existe el delito de financiamiento del terrorismo, como resultado de los impactantes acontecimientos mundiales de los últimos años. En la actualidad tal conducta es perseguible penalmente, al igual que lo son determinados actos terroristas, relacionados con secuestro de naves, secuestro extorsivo, explosión, incendio y similares. La Ley de fortalecimiento de la legislación contra el Terrorismo, Nº. 8719, publicada el 16 de marzo de 2009, incorpora el delito de financiamiento al terrorismo al ordenamiento jurídico penal. Tal legislación ha surgido por la presión de organismos de derecho internacional para que el país cumpliera con los compromisos y los estándares internacionales y particularmente con los del Grupo de Acción Financiera Internacional contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo. (Sistema de Información Jurídica, PGR, 2024).

Está claro que el crimen organizado se beneficia de la debilidad institucional, la corrupción, la pobreza y la exclusión social, y aprovecha las oportunidades de lucro ilícito que ofrecen los mercados ilegales de drogas, armas, personas y recursos naturales. El terrorismo, por su parte, busca desestabilizar el orden político y social mediante el uso de la violencia  indiscriminada contra civiles y objetivos estratégicos, y se financia mediante actividades delictivas como el secuestro, la extorsión y el narcotráfico. La convergencia de ambos fenómenos se produce cuando comparten objetivos, métodos, recursos o territorios, y cuando establecen alianzas o cooperación mutua. Esta convergencia representa una amenaza creciente para la democracia, los derechos humanos, la gobernabilidad y el estado de derecho en América Latina, y requiere una respuesta integral y coordinada por parte de los gobiernos, la sociedad civil y la comunidad internacional.

Las convergencias delictivas son extensas; las principales actividades delictivas transnacionales, como el tráfico de drogas, personas, armas, oro, vida silvestre, entre otros, pueden requerir un tratamiento más unificado. Los nuevos enfoques han demostrado ser eficaces en el uso de colaboraciones multi-jurisdiccionales que abordan múltiples tipos de delitos, como detener el tráfico de drogas mediante la interrupción de las redes de tráfico de armas. Abordar los delitos convergentes inicia por comprender las nuevas relaciones que existen en el mundo, en la región y, por ende, en nuestro país.

Solo comprendiendo la forma en que funcionan en la actualidad, como sistemas adaptativos complejos que parasitan unos de otros e incluso utilizan los mismos facilitadores, se puede coordinar estrategias entre gobiernos y agencias que aborden el problema con enfoque multidimensional, estableciendo protocolos, compartiendo información y previniendo los factores criminógenos estructurales, que sí son particulares en cada sociedad. Es abordar un mismo problema, con colaboración internacional, pero con un traje a la medida, según cada idiosincrasia.







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