Costa Rica no está preparada para envejecimiento acelerado de su población, advierten expertos

En las próximas tres décadas Costa Rica vivirá la mayor explosión sociodemográfica de su historia, al duplicar la cantidad de adultos mayores del país, según el Centro Centroamericano de Población de la Universidad de Costa Rica (UCR).

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Y es que para 2050, una de cada cinco personas será mayor de 65 años, con una población superior a 1,2 millones. Actualmente, los Ciudadanos de Oro ascienden a 500 mil personas.

Se trata de un gran reto para las autoridades nacionales y la sociedad en general; la cual, está muy lejos de estar preparada para atender y dar calidad de vida a los adultos mayores del futuro.

Un sistema carente de especialistas en geriatría, la posible disminución de cotizantes del seguro de la Caja, infraestructura inadecuada en la ciudad y un desconocimiento casi absoluto de derechos, son parte del panorama que hoy advierten especialistas consultados por LA REPÚBLICA.

A ello, hay que agregar que la esperanza de vida de los ticos es alta.

“El envejecimiento es una realidad de la sociedad costarricense por lo que, para dimensionar el reto que supone para la Caja, hay que tomar en cuenta la esperanza de vida que asciende a unos 86 años, en donde se estima que viven libres de discapacidad hasta los 77 años”, dijo Vilma García, del Programa de Normalización de la Atención de las Personas Adultas Mayores de la Caja.

Eso sí, García no ocultó el hecho de que el envejecimiento poblacional tiene efectos sobre los servicios de salud y de pensiones.

Primero, porque la carga de enfermedad de la población adulta en general que se va acumulando a lo largo del curso de vida incrementa la demanda de servicios de salud más complejos y costosos, máxime si se considera que los hábitos de la población adulta actualmente distan de ser saludables; lo cual, repercutirá en una vejez con padecimientos principalmente de tipo crónico y degenerativo.

En segundo lugar, precisó García, el aumento de adultos mayores, disminuirá la proporción de personas en edad de aportar a la producción de riqueza y, por lo tanto, al sostenimiento de la seguridad social, con lo cual los ingresos del sistema de pensiones tenderán proporcionalmente a reducirse.

La situación preocupa a entidades vinculadas al cuido del ciudadano de oro, tales como Ageco, la Fundación Partir con Dignidad, el Colegio de Médicos y la Cámara de la Salud.

¿Qué hacer ante esta situación? Aumentar la cantidad de especialistas en geriatría; así como reforzar y apoyar los servicios de esta área con programas a nivel hospitalario y comunitario, son algunas de las soluciones que brinda Mauricio Guardia, presidente del Colegio de Médicos.

“La Caja en conjunto con las universidades deben preparar un plan de acción pronto y oportuno. Además, de prestar más atención a enfermedades frecuentes como cardiovasculares, pulmonares, cognitivas, nutricionales, articulares y mentales”, dijo Guardia.

Asimismo, es necesario fortalecer los servicios de atención en todos los niveles; es decir, la atención primaria debe permitir el acceso para el control de enfermedades crónicas y las especialidades deben contar con médicos especialistas en la vejez.

Esto, permitiría bajar las listas de espera para cirugías y atención médica especializada, precisó Isela Corrales, directora de programas gerontológicos de Ageco.

El envejecimiento saludable no significa no padecer de enfermedades, sino tener una capacidad física adecuada y bienestar general.

Por ese motivo, es necesario que la sociedad interiorice que envejecemos desde el momento en que nacemos y por ese motivo se deben adoptar hábitos de vida saludables, y así evitar el deterioro físico y mental del adulto mayor, afirmó el doctor José Ernesto Picado, de la Fundación Partir con Dignidad.

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Además, es necesario fortalecer el concepto de hospital en el hogar con el apoyo tecnológico para minimizar los costos en los centros hospitalarios; así como seguir invirtiendo en la investigación biomédica para desarrollar terapias y medicamentos para esta población, enfatizó Massimo Manzi, director de la Cámara de la Salud.