Decadencia moral y mental
Humberto Pacheco [email protected] | Martes 17 abril, 2012
TROTANDO MUNDOS
Decadencia moral y mental
En Costa Rica hay quienes creen que estamos vacunados contra los males universales. Peor aún, que como sociedad podemos enclaustrarnos y cerrar las puertas al mundo para evitar las calamidades que afectan a las enormes economías de las que dependemos. Eso pareciera desprenderse del desenfado con que se planea, con el asiento de los pantalones (o enaguas), el futuro del país. Para éstos las exportaciones y la inversión extranjera son algo automático, que se nos debe no importa lo que pase.
Sí nuestros gobernantes han escuchado las reiteradas palabras del Presidente Obama, hablando de llevarse de regreso los empleos norteamericanos que están en el extranjero, y no han entendido que de tener éxito, las compañías norteamericanas afincadas en el extranjero se irían y tendríamos que cerrar las zonas francas, no han entendido nada.
Sí a eso le sumamos que el segundo mercado en importancia de nuestro país, la Unión Europea, está al borde de un colapso financiero, aunque algunos quieran creer que ese peligro ya se superó, las perspectivas del 2012 al 2014 (al menos) son tan serias como lo hemos venido clamando a oídos sordos. El Financial Times reitera semanalmente que Europa no ha salido de su escabroso problema financiero y el International Herald Tribune nos dice que la recuperación de la bolsa norteamericana a principio de año no fue más que flor de un día.
A lo interno, un gobierno costarricense sin ideas, pleno de focos de corrupción e incapaz de contener el desperdicio, no encuentra el norte para fortalecer al país para que resista mejor el impacto de esos remesones, que sin duda esta vez no nos pasarían tan por alto como en afortunadas ocasiones anteriores.
Cuando pareciera que se podría abrir una ventana de oportunidad, surgen infinidad de obstáculos que nos impiden avanzar. En medio de los multimillonarios procesos que está impulsando el Gobierno, pululan quienes se posicionan para la mojada, arguyendo actuar en nombre de esta o aquella máxima autoridad. Con ello, los que sigilosamente mueven a esos marionetas se colocan en la primera línea de aprovechamiento. No hay proyecto que vuele si ellos no vuelan con él. Detrás tenemos a los pulperos ideológicos del Congreso, incapaces de impulsar nada que beneficie al país, en los más de los casos porque no tienen la educación y la capacidad necesaria. En vez de fijarse en como conducir un proceso ágil pero bien vigilado, llegan a las reuniones con el “yo me opongo, de que están hablando”.
Don Juan Carlos Hidalgo, cuyo pensamiento claro y valiente respetamos, nos recuerda la sugerente lista de irregularidades que se han dado en este Gobierno desde los días de la campaña política, coronadas nada menos ni nada más que por un Ministro de Hacienda que no paga sus impuestos porque se le olvidó. Nos preguntamos sí durante su gestión pasada tampoco pagaba impuestos.
Ahora nos queda más claro porqué ese señor no entiende lo que significa, para los que sí pagamos puntualmente —y mucho— el que nos legislen más impuestos a los mismos de siempre!
Lic. Humberto Pacheco A., M.C.L.
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