El fútbol tico suma ingredientes de lujo
Gaetano Pandolfo [email protected] | Viernes 06 septiembre, 2019
Conclusiones del comentario escrito por el colega, José María Penabad, titulado: “Escuela para forjar estrellas del fútbol”.
Partes uno y dos se publicaron miércoles y jueves.
“Costa Rica dispone de ingredientes de lujo para fijar una categoría balompédica de primera fila internacional; pero hay que proteger, guiar y encauzar los admirables recursos humanos, que - ya dicho - con sobrados antecedentes el país posee.
El espejo es Holanda, dimensión geográfica similar; los aguerridos tulipanes inventaron y practican el futbol total, atacan y defienden todos.
Oficialmente, existen en nuestro territorio 52 universidades privadas amén de las estatales UCR, UNA, UNED y Tecnológico.
Es decir, una educación del más elevado nivel que implica inversión extraordinaria y opciones vocacionales de variado contenido.
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Sin embargo, no existe un centro, acaso academia, que forje en fragua de rigurosa enseñanza la probada capacidad de la juventud tica.
Otro ejemplo y personalizo: Odir Jacques - hemos sabido - dispone de equipo tecnológico exquisito que le permite seguir, pie de pantalla, los encuentros más sobresalientes y deslumbrantes en cualquier continentes.
Está al día en táctica/estrategia/física de tan masivo deporte; es el entrenador nacional con más títulos, excelente como maestro.
Pero, el gran PERO: ha alcanzado los 70 años de edad y los que dirigen el confuso andamiaje de nuestro balompié prefieren al fanático de turno, a quien grita cual energúmeno desde la línea de cal, sobre la cabal/brillante experiencia de las gloriosas siete décadas del calendario.
Don Ricardo Saprissa creó los espacios de las ligas menores intuyendo la necesidad nacional de abrir centros juveniles, serios, para canalizar tan innatas vocaciones; pulir las piedras/diamantes que brotan en Costa Rica.
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Y, finalmente, anécdota confirmativa. Allá, años 70, un grupo de ejecutivos, presididos por Rodolfo Jiménez Borbón, adquirió los derechos de una manada prometedora de jugadores que salía de las tiendas menores del Deportivo Saprissa, asimilados al Orión.
Pagaron fabulosos 20 mil colones a Álvaro Murillo, el Messi costarricense, para que demorase su retirada, incorporándolo al equipo.
Afirmo que nunca se jugó mejor que en aquella luminosa época; fútbol de leyenda, fútbol de escuela. Escuela de don Ricardo, escuela necesaria, HOY …
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