Las realidades de la transición energética en el mundo y el imaginario del populismo energético nacional (I)
Roberto Dobles [email protected] | Lunes 28 agosto, 2023
En esta columna se analiza la realidad de la transición energética en el mundo, la cual contrasta con el imaginario del discurso del populismo energético de algunas personas en el país.
Las realidades son las que existen, nos gusten o no, y tenemos necesariamente que buscar prosperar dentro de un entorno complejo y cambiante determinado por realidades.
Las políticas públicas, incluyendo la política energética, deben estar basadas en realidades y no en dogmas sin ningún sustento y en sentimientos emocionales sobre lo que se desea como realidad.
Sobre el tema de los sentimientos emocionales que las realidades generan (favorables o desfavorables), es importante tener claro que los sentimientos no deben ser utilizados para elaborar una política energética (o cualquier otro tipo de política). Como bien lo ha señalado Ben Shapiro, “A los hechos (las realidades) no les importan tus sentimientos”.
Sobre el tema de la importancia de basarse en un entendimiento correcto y preciso de la realidad, esto debe realizarse a través de una representación basada en datos confiables y verificables. Como bien lo ha señalado W. Edwards Deming, “En Dios confiamos, todos los demás deben traer datos”.
Consecuentemente, para poder diseñar una ruta correcta hacia el futuro, hay que conocer bien la realidad junto con los grandes desafíos que esto implica.
1. Importancia de la energía
La energía es un recurso esencial para cualquier sociedad. Sus patrones, condiciones y limitaciones en su suministro afectan directamente el bienestar, la calidad de vida y las oportunidades de desarrollo humano de los habitantes de un país.
Todo en nuestra sociedad es posible gracias a la energía, incluyendo las cosas más básicas, como los alimentos, el suministro de agua, la vivienda, el trabajo, la vestimenta, la atención en los hospitales y clínicas, el transporte público y privado de carga y de personas, las telecomunicaciones públicas y privadas y en general todos los bienes y servicios disponibles hoy en día.
La forma y la calidad de vida y el bienestar económico y social actual y futuro dependen de la disponibilidad y la asequibilidad de energía abundante, con un suministro seguro, de calidad, sostenible y de bajo costo.
Además, la disponibilidad de energía en condiciones favorables (bajo costo, abundancia, etc.) se ha convertido en un factor estratégico clave en la competencia global y es uno de los factores estratégicos que están conduciendo las decisiones e inversiones de las empresas.
En un estudio titulado “Modern energy for all”, la International Energy Agency (IEA) señala lo siguiente:
• La energía es un habilitador (‘enabler’) crítico del desarrollo.
• Los servicios energéticos modernos de bajo costo mejoran la vida de los pobres de innumerables maneras.
En un estudio titulado “Energy as a Competitive Advantage”, el Foro Económico Mundial señala lo siguiente:
• La economía básica (costos bajos) domina las políticas energéticas en el mundo.
• Hay una tendencia hacia las políticas que favorecen la autosuficiencia, la cual se aceleró después del año 2000.
En otro estudio titulado “Fostering Effective Energy Transition”, el Foro Económico Mundial) señaló lo siguiente:
• La energía es un elemento clave de la economía moderna.
Por su lado, el Estado de la Nación del 2020 señaló lo siguiente:
• Existen tres recursos naturales estratégicos para el desarrollo humano: energía, agua y suelo agrícola.
En la medida en que la transición energética mejore continuamente las condiciones de suministro que provee la matriz energética (competitividad en los costos, seguridad de suministro, abundancia, calidad, sostenibilidad flexibilidad, etc.), mejor será para la sociedad.
Las nuevas fuentes de energía que crecen continuamente en su participación, en una transición energética efectiva, agregan más valor a la sociedad, incluyendo costos más bajos, mayor seguridad energética en el suministro y menores emisiones al ambiente, entre muchas otras cosas.
El consumo de energía en el mundo crece continuamente por tres razones: el crecimiento económico, el aumento de la población y la mejora de la calidad de vida de las personas.
Por lo tanto, no solamente hay que invertir para aumentar el suministro energético, sino que también hay que invertir en la transición energética, la cual está conduciendo a una creciente diversificación de las fuentes de energía.
2. La transición energética es un proceso permanente de cambio en la matriz energética impulsado por los continuos adelantos tecnológicos
Dentro de las transiciones que siempre se han dado, y que continuarán dándose, existen las mega transiciones energéticas, las cuales traen consigo no solamente nuevas y mejores fuentes de energía, sino que cada una de ellas, cuando ingresa en la matriz energética y se desarrolla, le brinda a la sociedad una gran cantidad de innovaciones en su uso, nuevas eficiencias y una explosión sin precedentes de nuevas tecnologías que potencia la prosperidad y el bienestar.
Estas mega transiciones conducen a un nuevo paradigma energético en el desarrollo económico y social, el cual siempre ha sido inimaginable previamente, y conduce una mejora en la calidad de vida y el bienestar en un mundo cada vez más moderno y sofisticado.
Las grandes transiciones energéticas en la energía primaria han llevado al mundo de la Era de los Sólidos Energéticos (dominada inicialmente por la leña para pasar luego a ser dominada por el carbón) a la Era de los Líquidos Energéticos (dominada por el petróleo) para llevarnos ahora progresivamente a la Era de los Gases Energéticos.
Esta última Era está siendo impulsada actualmente, como fuentes de energía primaria, por el gas natural, la energía eólica y la energía solar, lo que a su vez va a impulsar, además de la electricidad, nuevas fuentes de energía secundaria derivadas de esas fuentes primarias, como los combustibles sintéticos y el hidrógeno.
Si bien hay una evolución continua de una Era a la otra, las Eras Energéticas conviven en el tiempo durante décadas mientras una se fortalece en detrimento de la otra o de las otras.
Las fuentes de energía más antiguas van cediendo su lugar en la matriz energética y esto ocurre no necesariamente porque las hayamos agotado físicamente, sino porque las nuevas fuentes de energía generan mayores beneficios económicos, sociales y ambientales y provocan la reducción continua de las otras fuentes más antiguas que agregan menos valor a la sociedad.
Todas las fuentes de energía tienen diferentes características y ninguna por sí sola es una solución porque cada una de ellas tiene funciones y características diferentes dentro de la matriz energética (el “mix” energético de un país o del mundo).
La transición es, por su naturaleza misma, un proceso integral y evolutivo de la matriz energética (renovables y no renovables) que progresa continuamente hacia un conjunto de fuentes de energía que proporcionan permanentemente un mayor valor a la sociedad (costos bajos y competitivos internacionalmente, mayor seguridad energética, menores emisiones al ambiente, mayor abundancia energética, flexibilidad en su producción, su transporte y su uso, etc.).
Con respecto a los costos de la energía, las transiciones energéticas buscan, entre otras cosas, que éstos sean bajos, ya que de lo contrario se crearía un enorme obstáculo al desarrollo económico y social, lo que reduciría el bienestar y la calidad de vida.
Los costos bajos de la energía aplican también a la seguridad del suministro energético y a las fuentes de respaldo energético del sistema. Este tema lo señala de manera muy clara y contundente la International Energy Agency (IEA) en su reciente World Energy Outlook 2022, en la sección “Energy security in energy transitions”:
• La seguridad energética no se trata sólo de tener acceso y disponibilidad ininterrumpido a la energía, sino también se trata de asegurar el suministro de energía a un precio asequible.
3. Estado actual de la transición energética y perspectivas en el corto plazo
La matriz energética en el 2022 fue la siguiente:
• Petróleo: 29.61%
• Carbón: 25.07%
• Gas Natural: 22.03%
• Hidroelectricidad: 6.32%
• Biomasa tradicional: 6.21%
• Nuclear: 3.75%
• Viento: 3.07%
• Solar: 1.93%
• Otras renovables: 1.35%
• Biocombustibles: 0.67%
Las renovables representaron así en el 2022 el 19,64% del abastecimiento energético mundial y las no renovables el 80,46%.
En el caso de las energías renovables y del gas natural, el crecimiento de su participación en la matriz energética mundial es más rápido que el del petróleo.
Ya desde el 2018, en su Energy Outlook, 2018 Edition, Outlook to 2040, BP señalaba lo siguiente:
• El fuerte crecimiento de las energías renovables está siendo posible gracias a la creciente competitividad de la energía eólica y solar.
• El gas natural crece mucho más rápido que el petróleo o el carbón y su participación en la matriz de energía primaria mundial superará al carbón y convergerá con el petróleo hacia el final de las Perspectivas (año 2040).
• Se espera que el gas natural supere al petróleo como la principal fuente de energía mundial alrededor del año 2040.
Esta tendencia fue reafirmada un año más tarde donde en su en su Energy Outlook, 2019 Edition, Outlook to 2040, BP señalaba lo siguiente:
• La transición continúa hacia un sistema energético más bajo en carbono, con energías renovables y el gas natural ganando importancia en relación con el petróleo y el carbón.
• En el escenario ET (Evolving Transition), las energías renovables y el gas natural representan casi el 85% del crecimiento de la energía primaria, con su importancia creciendo relativamente a todas las demás fuentes de energía.
Por su lado, ya en el 2019, la International Energy Agency (IEA) señaló lo siguiente en su estudio “The Role of Gas in Today’s Energy Transitions”:
• El gas natural es uno de los pilares de la energía global: el consumo mundial está aumentando rápidamente y en el 2018 el gas natural representó casi la mitad (50%) del crecimiento en el total global de la demanda de energía.
• El gas natural juega muchos papeles diferentes en el sector energético y, así como sustituye a los combustibles más contaminantes, también reduce la contaminación del aire y limita las emisiones de dióxido de carbono.
En el caso del petróleo, la demanda en el mundo sigue creciendo, aunque menos rápidamente que la del gas natural, tal como lo reporta la International Energy Agency (IEA) en su estudio titulado “Oil Market Report - April 2023”:
• La demanda mundial de petróleo aumentará 2 millones de barriles por día (mb/d) en el 2023 para llegar a un récord histórico de 101,9 mb/d.
Con el fin de suplir la creciente demanda, un reporte publicado por Energy Monitor en junio pasado indica los siguiente:
• Según datos de Global Data, la empresa matriz de Energy Monitor, hay 47 países en el mundo con el desarrollo de nuevos campos de petróleo y gas natural planificados. La definición de "planificados" aquí significa que ya han recibido decisiones finales de inversión (FID) para desarrollarlos, y se ha iniciado el trabajo del mundo real para comenzar la extracción.
En un artículo titulado “Qué países son los nuevos protagonistas del boom petrolero que vive América Latina”, publicado por la BBC News en el mes de julio pasado, se señala lo siguiente:
• La International Energy Agency (IEA) estima que la producción petrolera mundial se incrementará en 5,8 millones de barriles diarios al 2028 y cerca de una cuarta parte de esa oferta adicional será latinoamericana.
• Brasil, Guyana y, en menor medida Argentina, son los tres países que están liderando un nuevo capítulo en la producción petrolera de la región.
Con respecto a la refinación de petróleo, un artículo titulado “Crude Oil Refinery Projects Analysis and Forecast by Region, Key Countries, Project Type, Development Stage, and Cost 2027”, publicado este mes por Globe Newswire, se señala lo siguiente:
• A nivel mundial, se espera que 442 proyectos de refinerías de petróleo crudo comiencen a operar entre 2023 y 2027. De estos, 132 representan proyectos de nueva construcción y 310 son expansiones de proyectos existentes.
4. Resumen
En el 2022, las renovables representaron el 19,64% del abastecimiento energético mundial y las no renovables el 80,46%.
En el corto plazo, la demanda mundial de petróleo aumentará fuertemente en el 2023 para llegar a un récord histórico de 101,9 millones de barriles por día, con los países no miembros de la OCDE representando el 87 por ciento del crecimiento de la demanda.
Los datos sobre la realidad del estado actual de la transición energética y su evolución en el corto plazo muestran que las energías solar y eólica y el gas natural crecen más rápidamente que todas las otras fuentes de energía y se perfilan como las líderes actuales y futuras de la transición energética.
La solar y la eólica son fundamentalmente fuentes para generar electricidad y el gas natural tiene un espectro de aplicación mucho más amplio.
Estas tres fuentes de energía aumentan su participación en la matriz energética mundial por su bajo costo y porque bajan las emisiones al ambiente.
La energía solar es hoy en día la fuente de energía de más bajo costo para generar electricidad, seguida por la eólica. Pero, por ser intermitentes, estas fuentes de energía requieren de otra fuente, también de bajo costo, que les de respaldo energético para enfrentar su variabilidad en el tiempo.
El gas natural es la fuente ideal que mayoritariamente se está utilizando para dar este respaldo a las energías solar y eólica debido a su bajo costo y bajas emisiones al ambiente. Por eso se le llama la fuente de energía hermana de las energías renovables porque potencia su desarrollo a través de un respaldo energético eficaz.
El gas natural puede sustituir prácticamente todos los derivados de petróleo en todos los usos con pequeñas modificaciones en los equipos existentes. Por ejemplo, en el sector transporte, los motores de diésel y de gasolina pueden ser rápidamente modificados para que consuman gas natural (mientras avanza la electrificación de este sector), al igual que las plantas térmicas del ICE que consumen los caros búnker y diésel importados y las calderas en las empresas.
Los precios mayoristas del gas natural el viernes pasado, con respecto a los derivados de petróleo, fueron los siguientes:
• Gas natural: $13,88/barril equivalente de petróleo (BEP), lo cual equivalente al precio de $2,479/MMBtu (MMBtu: siglas de un Millón de Btu)
• Gasolina: $117,43/barril (8,46 veces más caro que el gas natural)
• Diésel: $131,84/barril (9,50 veces más caro que el gas natural)
• Búnker: $134,47/barril (9,69 veces más caro que el gas natural)
• Gas Licuado de Petróleo (GLP): $28,56/barril (2,06 veces más caro que el gas natural)
En la siguiente columna se analizarán las perspectivas de la transición energética en el mundo a mediano y largo plazo, elaboradas por las organizaciones más prestigiosas del mundo en este campo, como la International Energy Agency (brazo energético de la OCDE) y BP, las cuales son muy diferentes a las perspectivas que preconizan, sin ningún respaldo técnico, el populismo energético de algunas personas en el país.
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