Libertad de expresión y terrorismo
Rodolfo Piza | Miércoles 14 enero, 2015
Cuando se perpetra un acto terrorista en otro país, todos debemos sentirnos nacionales de ese país y expresar nuestro rechazo
Libertad de expresión y terrorismo
Un critico francés, Émile Faguet, atribuía a Voltaire tres opiniones acerca de la libertad de expresión: la primera, que es una cosa excelente; la segunda, que es preciso reducirla a los límites más estrechos posibles; la tercera, que es preciso negársela a quien no piense como uno.
Esas tres ideas, más o menos, son las que sostienen muchas personas: 1) las defienden y las quieren para sí mismas; 2) dicen acogerlas y defenderlas en lo general; 3) la restringen y la rechazan para las ideas y actos que les disgustan o que les repugnan.
Sin embargo, la libertad es necesario defenderla incluso cuando rechazamos las expresiones de los demás.
Por ello debemos condenar, sin matizaciones ni cortapisas, los atentados terroristas contra la revista satírica Charlie Hebdo, por el ataque del miércoles 7 y la muerte de 12 personas, así como el ataque al Hyper Cacher de comida judía, donde cuatro personas de esta comunidad fueron asesinadas.
No se trata de ser Charlie Hebdo ni de que nos gusten sus viñetas. Al contrario, tenemos derecho a que nos repugnen y también tenemos derecho a expresar nuestro rechazo, pero ese rechazo, precisamente, debe expresarse en el libre juego de las ideas y en el respeto al Estado de Derecho y a los derechos de los demás. Jamás perpetrando, ni tampoco avalando o matizando, acciones terroristas contra esas ideas (o viñetas) que nos disgustan.
Creer en la libertad de expresión supone asumir que esa libertad se dirigirá muchas veces contra nosotros mismos o contra nuestros valores más profundos. Significa también que esa libertad habrá de reconocerse, incluso para las cosas que nos disgustan. No digo compartirlas ni mucho menos aplaudirlas, digo respetarlas.
Hace más de 200 años el mundo occidental afirmó la libertad de expresión como un derecho inalienable del ser humano, no como “tolerancia” o dádiva graciosa del Estado. En 1948, las Naciones Unidas la reconocieron como un derecho universal. No se reconoció únicamente cuando al “censor” o a nosotros nos parece “artística” o aceptable. No puede negarse cuando disgusta, por considerarla “sugestiva”, “grotesca” o “repugnante”.
“La democracia —decía mi padre, Rodolfo Piza Escalante— no es un sistema de fines, sino de medios: los primeros pueden ser —de hecho son— parecidos a los que proclaman las dictaduras o el comunismo; pero lo que distingue precisamente a la democracia es que no permite alcanzar sus fines de cualquier manera, sino solo mediante los mecanismos de la propia democracia. Esto la hace más difícil, pero, a la vez, más fe¬cunda y permanente”.
Cuando se asesina a un ser humano por expresar sus ideas, todos debemos sentirnos víctimas junto a él. Cuando se perpetra un acto terrorista en otro país, todos debemos sentirnos nacionales de ese país y expresar nuestro rechazo.
Rodolfo E. Piza Rocafort
NOTAS ANTERIORES
Cambio climático. Más sobre la grande y creciente injusticia climática de los países grandes hacia los países pequeños, como Costa Rica
Lunes 16 diciembre, 2024
En esta columna se analizarán otros aspectos claves de esta seria y compleja problemática que afecta cada vez más a estos países, incluyendo a Costa Rica.
El Informe del Estado de la Nación 2024 nos vuelve a advertir
Lunes 16 diciembre, 2024
Este año la parte sustantiva de la trigésima edición de esta importante contribución al estudio de nuestros problemas nacionales
Comunicar, comunicar, comunicar
Viernes 13 diciembre, 2024
Defenderse es más peligroso que dar un paso al frente y contar lo que sea necesario y que sabemos que los públicos quieren saber.
Siria después de la dictadura de Bashar Al-Assad
Jueves 12 diciembre, 2024
Ha caído en Siria la dictadura de Bashar Al-Assad que había empezado en el año 2000 después de que su padre la iniciara desde el año 1971