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Pilar Cisneros, tan tica como todos los demás

Marilyn Batista Márquez [email protected] | Jueves 25 agosto, 2022


La semana pasada, en una acalorada discusión acerca de la propuesta del Gobierno de reducir el Fondo Especial para la Educación Superior (FEES), la diputada Pilar Cisneros Gallo, quien defiende la posición oficialista, fue apabullada con todo tipo de palabras hirientes, pero la más insensible e irrespetuosa fue “extranjera”.

No sé qué nos está pasando. Esta no es la Costa Rica pura vida que recibe a los refugiados, acoge a los turistas y alberga a los extranjeros, y que con ello se ha ganado el respeto de la comunidad internacional.

Los diputados que la ofendieron se olvidan que Cisneros dejó de ser extranjera cuando se nacionalizó costarricense, y si no es suficiente este hecho legal que la dotó de idoneidad para aspirar y ejercer su actual cargo legislativo, es necesario recordarles que lleva cincuenta años viviendo en esta tierra, se casó con un costarricense y parió dos hijos y una hija en este suelo.

La nacionalidad en Costa Rica se obtiene por nacimiento o por naturalización, lo cual significa ser miembro pleno de una comunidad, tener los mismos derechos que los y las demás y las mismas oportunidades de influir en el destino del país, además de cumplir una serie de deberes y obligaciones vinculados a esos derechos.

Cuando se llama “extranjera” a una persona con nacionalidad costarricense, cuyo nacimiento no fue en Costa Rica, se incurre en xenofobia, un comportamiento discriminatorio que se define como odio u hostilidad hacia los extranjeros.

En la antigüedad, en Grecia, “xenos” hacía referencia a quienes estaban fuera de la comunidad, entendiéndose como una unidad social que no compartía lazos de cultura, historia, tradición y herencia. Este no es el caso de la diputada Cisneros Gallo.

Aunque han pasado siglos, la xenofobia todavía es un prejuicio arraigado, que se manifiesta en su forma más “normalizada” con la expresión despectiva del uso de la palabra “extranjera”, la cual tiene una carga de indiferencia, aislamiento, rechazo, ausencia de empatía e inferioridad hacia la persona a quien se le dirige, solo por no haber nacido en el país en donde vive.

Este comportamiento es ilegal e indigno en Costa Rica, ya que el artículo 33 de nuestra Constitución Política asegura que “toda persona es igual ante la ley y no podrá practicarse discriminación alguna contraria a la dignidad humana”.

Como podría ser que el comportamiento xenofóbico -que nunca debería ser apoyado, compartido y repetido- de algunos miembros de la Asamblea Legislativa, se basa en el sentimiento exacerbado de nacionalismo, les aclaro que la mejor forma de construir una nación y hacer patria, no es excluyendo a las personas, ideas y sentimientos que conforman el marco conceptual de la identidad nacional. Todo lo contrario, la mayoría de las economías líderes en el mundo han obtenido su éxito, en gran parte, a la clara interrelación que existe entre la migración y el desarrollo.

¿Excluiríamos de nuestra historia a don Clodomiro Picado, ilustre científico costarricense, reconocido internacionalmente por sus investigaciones y descubrimientos, sólo por haber nacido en Nicaragua? Igual suerte correría Claudia Poll, nacida en Nicaragua, quien es la única deportista en la historia de Costa Rica en ganar la primera y única medalla de oro en unos Juegos Olímpicos.

Existen otras ilustres mujeres, naturalizadas costarricenses, como Esther de Mézerville Ossaye, nacida en Guatemala, fundadora de la Liga Feminista de Costa Rica y Cora Ferro Calabrese, nacida en Argentina, fundadora del Instituto de Estudios de la Mujer de la Universidad Nacional.

Hemos tenido primeras damas diputadas como Karen Olsen Beck, por Liberación Nacional, nacida en Dinamarca y madre del expresidente José María Figueres Olsen, y Gloria Bejarano Almada, del partido Unidad Social Cristiana, nacida en México.

Doña Pilar, aunque podría no estar de acuerdo con usted en la reducción del presupuesto para las universidades del Estado, pido disculpas en nombre de las y los diputados ignorantes que se atrevieron a llamarla “extranjera”. Usted es tan tica como ellos y ellas, tan tica como todos los demás.



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