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Lunes, 16 de diciembre de 2024



FORO DE LECTORES


Provocatio – Transformaciones distorsionadas

Fernan Gallegos [email protected] | Lunes 02 septiembre, 2024


Fernan Gallegos


Al menos que usted haya estados los últimos 15 años en una isla desierta, es muy probable que haya escuchado el término Transformación Digital. ¿Pero, qué es transformación? ¿Y más aún, transformación digital?

Transformación es un cambio significativo, duradero y no reversible en la lógica en que se crea valor. Desde que la humanidad ha aprovechado su ingenio, ha transformado la lógica para crear valor. Pensemos en la invención de la rueda o el dominio del fuego. Estos cambios generaron profundas transformaciones en la calidad de vida y productividad, y nunca se ha detenido ese proceso, estamos en constante transformación. El motor a vapor, la aviación, la electricidad, internet y más recientemente, lo que llamamos transformación digital.

La transformación digital se nutre del aprovechamiento de una serie de condiciones que convergen en el tiempo: capacidades como la inteligencia artificial, realidad virtual, realidad aumentada, Blockchain, entre otras, y la capacidad y disminución de costos de procesamiento y almacenaje de datos.

¿Pero… cuál es el objetivo de la transformación digital (TD)? Se sorprenderá saber que tiene menos que ver con tecnología y más con estrategia. Un proceso de TD debe contestar la siguiente pregunta: ¿Cómo mantendremos relevancia y competitividad en un futuro más digital? Esto implica varias cosas medulares en la manera que se debe liderar un proceso de TD; primero hay que entender los desafíos de negocio, actuales y futuros. Eso es un tema de estrategia. Lo debe liderar el CEO. Él es el que tiene el mandato de definir y ejecutar una estrategia competitiva, lo cual me lleva al segundo tema… la TD no es delegable al área de tecnología. Este es uno de los principales y más comunes errores que comete un CEO… pensar que como la TD es un problema tecnológico lo delega en alguien que entienda mejor la tecnología. Fatal.

Un director de tecnología sin duda es un participante crítico en el proceso de TD pero no debe ni puede liderar el proceso ya que no tiene el mandato a definir estrategia competitiva. Cuando se comete este error, se genera un vacío de poder de liderazgo que las áreas funcionales cubren resolviendo dolores de corto plazo con iniciativas de tecnología, no sólo saturando al área de tecnología sino también y aún más crítico, arraigando a la organización en el corto plazo.

La TD resuelve no sólo la competitividad futura, sino que evita los posibles dolores que implican ese proceso de transformación. La TD no es resolver lo que HOY le duele a la organización. Esos dolores actuales son problemas operativos, no transformacionales. Son dolores que se debieron, en la mayoría de los casos, resolver con anticipación. ¡No me mal entiendan, hay que resolverlos! Y hay que resolverlos primero porque se necesita una organización eficiente, productiva y robusta para soportar probablemente años de un proceso de transformación incierto, complejo y costoso. El CEO tiene que ser capaz de liderar la organización bajo un modelo ambidiestro, donde se optimiza el hoy y se crea el futuro simultáneamente. La optimización del hoy nos nivela con la competencia, pero no nos lleva más allá. Las iniciativas de corto plazo deben generar ahorros, beneficios y nuevos ingresos que se puedan utilizar en financiar la ruta de transformación que tendrá iniciativas de innovación complejas, inciertas y riesgosas, pero que hay que hacerlas para trascender.

Recordemos que no hay tecnologías disruptivas…lo disruptivo es cómo las utilice y, si no tengo la pregunta estratégica correcta, cualquier respuesta me sirve.







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