Ahora sí llegó la hora de “comernos la bronca” con Crucitas: Colegio de Geólogos
Costa Rica debe explotar el oro que hay en el país para el beneficio de todos los costarricenses
Esteban Arrieta [email protected] | Sábado 29 junio, 2024 09:00 a. m.
Tras la decisión de la empresa canadiense Infinito Gold de desistir de un reclamo contra Costa Rica por el fallido proyecto de Crucitas en San Carlos, llegó la hora de “comernos la bronca” con la extracción de oro, según Arnoldo Rudín, presidente del Colegio de Geólogos.
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Es por ello que Rudín parafrasea al mandatario y le pide no dudar a la hora de tomar una decisión y “comerse la bronca”.
Una vez que el Tribunal de Apelaciones que conoció el caso acepte la petición por parte de la empresa, el gobierno podría desarrollar una mina allí de la mano de otra empresa, por cuenta propia, e incluso con dicha compañía, ya que no habría impedimento legal.
“En su momento, el señor presidente Rodrigo Chaves había señalado que mientras estuviese ese proceso no se podía hacer nada con los derechos de explotación de la mina Crucitas. Ahora es importante que el gobierno dé a conocer a la mayor brevedad las acciones contundentes a ser tomadas, más allá de tener a la policía en la zona, para evitar que nos sigan robando nuestro oro (…) No aprovechar esos recursos para crear un fondo solidario de reservas, a beneficio de la pensión de toda la población, o bien, financiar la construcción de escuelas, colegios, puertos, aeropuertos, carreteras, e incluso hospitales, sería el mayor error de todo el gobierno", señaló Rudín.
El Colegio se pone a la orden del presidente para trabajar por el país. "Si ocupa un equipo técnico para elaborar esa hoja de ruta, solo díganos", añadió Rudín.
El proceso legal se encuentra en el tribunal del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) y se espera que en un plazo de cuatro semanas se dé por concluido. La compañía reclamaba casi $400 millones por daños.
El proyecto minero en Crucitas se frenó en 2014 luego de un fallo de la Sala IV en su contra.
