¿Por qué continúan creciendo las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero que aceleran el cambio climático?
Roberto Dobles [email protected] | Lunes 18 noviembre, 2024
De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el año 2024 va camino de ser el año más cálido jamás registrado después de una racha prolongada de temperaturas medias globales mensuales excepcionalmente altas.
Las emisiones de gases de efecto invernadero, que provocan el calentamiento global y el cambio climático, continúan acelerándose a pesar de que existe conciencia en el mundo de lo peligroso y catastrófico que ambos son para el Planeta.
1. Crecimiento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero
Todos los estudios que continuamente se hacen sobre este tema confirman que las emisiones globales de gases de efecto invernadero continúan creciendo.
Uno de estos estudios es el titulado “Climate Change 2023, Synthesis Report”, elaborado por el the Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC) de las Naciones Unidas, el cual indica lo siguiente:
• Las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero han seguido aumentando, con contribuciones históricas y actuales desiguales derivadas del uso insostenible de la energía, del uso de la tierra y del cambio de uso de la tierra.
• Las crecientes emisiones de gases de efecto invernadero continuarán provocando un aumento del calentamiento global.
• Es inequívoco que la influencia humana ha venido calentando la atmósfera, el océano y la tierra.
• El calentamiento global seguirá aumentando en el corto y mediano plazo (2021-2040), principalmente debido al aumento de las emisiones acumuladas de CO2 en casi todos los escenarios considerados y rutas modeladas.
• Las emisiones continuas afectarán aún más a todos los componentes principales del sistema climático. Con cada incremento adicional del calentamiento global, los cambios en los extremos continúan haciéndose mayores.
• Se prevé que el calentamiento global continuo intensificará aún más el ciclo global del agua, incluida su variabilidad, las precipitaciones monzónicas globales y los fenómenos y estaciones meteorológicas y climáticas muy húmedas y muy secas.
• Con un mayor calentamiento global, se prevé que cada región experimente cada vez más cambios simultáneos y múltiples en los factores que impulsan el impacto climático. Se prevé que las olas de calor y las sequías compuestas serán más frecuentes.
• Con un mayor y creciente calentamiento, los riesgos del cambio climático serán cada vez más complejos y difíciles de manejar.
El consumo de combustibles fósiles, junto con la tala de bosques y la cría de ganado, son las tres principales razones que más han venido teniendo impacto en el continuo aumento de la temperatura de la Tierra y en la aceleración del cambio climático.
Las emisiones de dióxido de carbono (CO2), generadas por el sistema energético mundial (transporte, generación eléctrica, industria, etc.), representan la mayor parte del crecimiento que ha venido ocurriendo en las emisiones.
Este aumento es de tal nivel que los procesos naturales de absorción de carbono, como la fotosíntesis y la absorción en los océanos, no pueden eliminar todo el CO2 que se emite.
Un amplio estudio de noviembre del 2024, titulado “World Energy Transitions Outlook 2024”, elaborado por la International Renewable Energy Agency (IRENA), señala lo siguiente, entre muchas otras cosas:
• Los combustibles fósiles siguen dominando la matriz energética (el “energy mix”) del mundo y cada año las posibilidades de cumplir los objetivos del Acuerdo de París se vuelven cada vez más remotas y la brecha entre las promesas de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y los planes energéticos es cada vez mayor.
IRENA es una organización intergubernamental líder mundial para la transformación energética que sirve como plataforma principal para la cooperación internacional, apoya a los países en sus transiciones energéticas y proporciona datos y análisis de última generación sobre tecnología, innovación, políticas, finanzas e inversión.
2. ¿Por qué las emisiones de gases de efecto invernadero continúan creciendo?
En esta sección se analizan las principales razones por las cuales las emisiones de gases de efecto invernadero continúan creciendo, pese a la conciencia que existe en el mundo sobre la urgente necesidad de reducirlas.
2.1 La transformación de un sistema energético en otro totalmente diferente es intensiva en tiempo y en capital
La evidencia está mostrando que, al igual que las otras transiciones energéticas del pasado, la actual transición tomará décadas en realizarse.
Esta es una de las razones por las que las energías tradicionales continuarán siendo necesarias todavía por varias décadas.
Su evolución en la participación en la matriz energética irá adecuándose y reduciéndose a través de los años, hasta que las energías renovables y los combustibles sintéticos (basados en energías renovables) se hayan apoderado por completo de todos los sectores de la economía mundial.
Un artículo escrito por el reconocido experto internacional Daniel Yergin, titulado “Why the Energy Transition Will Be So Complicated”, nos señala lo siguiente:
• La transición energética es mucho más compleja de lo que se cree.
• No se comprende bien la problemática relacionada con el grado en que el mundo depende actualmente de los combustibles fósiles.
• Existen dificultades y obstáculos importantes que hay que vencer para desarrollar una sustitución progresiva y ordenada de los combustibles fósiles de los cuales el mundo depende fuertemente.
Otro artículo, titulado “Energy guru Daniel Yergin: I'm sick of the energy transition discussion”, señaló lo siguiente:
• Si nos fijamos en la historia de las transiciones energéticas, todas ellas duraron más de un siglo en consolidarse.
• El sistema energético global sigue estando dominado por los combustibles fósiles.
• Además de la descarbonización (que es parte de la sostenibilidad ambiental), la seguridad de suministro y los costos bajos son también importantes.
• Se ha reconocido en todo el mundo que la seguridad energética y los costos bajos de la energía también deben ser parte integral de los objetivos de la transición energética.
• El mundo se está volviendo más frágil debido al colapso de la globalización, lo cual afecta la transición energética.
• Hemos estado hablando mucho de seguridad energética. ¿Son la seguridad energética y la descarbonización mutuamente excluyentes? No es una contradicción, pero es un reconocimiento de que, si uno se olvida de la seguridad energética, se dirige al desastre.
• La transición depende de la seguridad energética para que realmente funcione. De lo contrario, se producirá, entre otras cosas, una reacción política y social que cuestionará las políticas de transición energética.
• Del lado del suministro, las energías renovables seguirán creciendo y el año pasado crecieron un 6% en todo el mundo. Pero también surgen problemas del mundo real: cadenas de suministro difíciles, tasas de interés más altas e inflación. Por ejemplo, hace dos años había objetivos muy optimistas para la energía eólica marina en los Estados Unidos. Ahora, esos proyectos han sido cancelados o renegociados.
• Del lado de la demanda de energía, debemos mirar la demografía. Podría haber 2 mil millones más de personas viviendo en el mundo para el 2050. Por eso habrá un alto crecimiento en la demanda energética de los países en desarrollo y emergentes. Estos países necesitan crecer y necesitan energía para hacerlo.
• El mundo va a requerir inversiones continuas en energías renovables y no renovables (petróleo y gas natural). De lo contrario, habrá escasez de energía y aumentos en los precios con los efectos devastadores que esto tiene.
• La lucha por los metales, que son fundamentales para la transición energética actual, es parte de la creciente competencia entre las grandes potencias (Estados Unidos, China y otras). El objetivo de occidente es alejarse de las cadenas de suministro de China. Sin embargo, esto será difícil porque no se trata sólo de la minería, sino también del dominio de China en el procesamiento de metales y minerales.
• Es más, el proceso desde el descubrimiento hasta la producción en la minería puede tardar hasta 20 años. Se han subestimado los desafíos de la cadena de suministro de minerales que son evidentes en la transición energética. Existe una gran brecha entre la política declarativa y lo que realmente sucede en el mercado global.
• La producción de algunos metales críticos para sostener la transición energética también está más concentrada que en la industria petrolera, lo que crea gran incertidumbre, particularmente en cuanto a los futuros precios de la energía en el nuevo sistema energético.
2.2 El complejo sistema socio cultural de la energía cambia lentamente
Las transiciones energéticas van más allá del simple reemplazo de una fuente de energía por otra, ya que incorporan muchos elementos adicionales fuertemente interrelacionados, como la seguridad y la competitividad energética, la descarbonización y la sostenibilidad (económica, financiera, social, ambiental, etc.).
El Oxford Institute for Energy Studies de la Universidad de Oxford del Reino Unido, ha señalado que la transición energética implica, entre otros aspectos, cambios en tres dimensiones fundamentales que están fuertemente interrelacionadas:
• Los elementos tangibles del sistema energético, los cuales incluyen la tecnología, la infraestructura, el mercado, los equipos de producción, los patrones de consumo y las cadenas de distribución.
• Los actores del sistema energético y su conducta, lo cual incluyen las nuevas estrategias y los patrones de inversión, así como el cambio de las coaliciones y las capacidades de los actores.
• Los regímenes socio técnicos que contienen las regulaciones, las políticas formales y las instituciones, así como la mentalidad y las creencias de la gente y las opiniones sobre la normalidad y las prácticas sociales.
2.3 Avance en el tiempo de los adelantos tecnológicos que impulsan la transición, el cual es más lento que las necesidades
Si bien al inicio de la transición las tecnologías existentes han dado un importante impulso al cambio que se busca con la transición energética, conforme avance el tiempo se van a requerir tecnologías mejores, más avanzadas, más eficientes y a costos razonables que robustezcan e impulsen más fuertemente el proceso de cambio del sistema energético actual a un sistema energético totalmente nuevo y diferente.
En última instancia, las transiciones energéticas no pueden lograrse sin tecnologías disruptivas y sin cambios radicales en la forma en que se produce la energía y en que los consumidores la utilizan.
Las nuevas tecnologías y sus adelantos continuos no necesariamente llegan con la rapidez que se desea (incluyendo aquellos que provocan la necesaria reducción de los costos para que estos cambios sean competitivos).
Un artículo publicado por BloombergNEF, titulado “Liebreich: Net Zero Will Be Harder Than You Think – And Easier. Part I: Harder”, señaló lo siguiente:
• La transición energética actual será brutalmente desafiante: todos los sectores de la economía tendrán que adoptar las nuevas tecnologías emergentes, los consumidores tendrán que cambiar sus equipos y sus comportamientos y habrá que construir nuevas cadenas de suministro (minería, producción de equipos para desarrollar y consumir las nuevas fuentes de energía, etc.).
• Esto tiene que suceder en todas las economías del mundo y que tienen muchos otros problemas apremiantes (como económicos, fiscales, sociales, pobreza, bajo poder adquisitivo, políticos, etc.), y todo esto en apenas unas décadas y a costa de los ahorros de toda una generación. ¿Qué podría ser más difícil?
Un artículo titulado “Technology race is the biggest obstacle for energy transition – energy industry”, publicado por EcoPolitic, señaló lo siguiente:
• El objetivo de desarrollo sostenible de la ONU relativo al acceso básico a la energía verde es insuficiente.
• Lo anterior a pesar de que el acceso básico a una mejor energía para el desarrollo sostenible es una necesidad apremiante.
2.4 El balance entre los tres ejes del Trilema Energético que es necesario mantener durante la transición energética para evitar crisis energéticas y económicas
Además de mantener el aseguramiento continuo de recursos financieros públicos y privados en el corto, mediano y largo plazo para realizar la transición energética, la evidencia demuestra que, para lograr esta transición que conduzca a un nuevo sistema energético totalmente diferente al actual, se deben equilibrar los tres ejes críticos de éxito del Trilema Energético:
• Seguridad energética: la capacidad para satisfacer la demanda energética actual y futura y la capacidad para resistir y responder a los choques del sistema.
• Equidad energética: la capacidad de brindar acceso universal a energía confiable y asequible para uso doméstico y comercial.
• Sostenibilidad ambiental: la capacidad de mitigar y evitar la degradación ambiental y los impactos en el cambio climático.
En su inicio, muchas de las nuevas tecnologías que están emergiendo no proveen inmediatamente un desempeño aceptable en los tres factores anteriores, por lo que su penetración en el mercado energético toma más tiempo hasta que provean un buen desempeño en los tres factores del Trilema Energético.
Un ejemplo de esto es el caso de la generación eléctrica con energía solar. Todavía en el 2000 la energía solar no era relevante en la matriz energética mundial por su altísimo costo.
Pero debido a los continuos adelantos tecnológicos, hoy en día la energía solar es la fuente de energía más barata del mundo para generar electricidad y la que más rápidamente está creciendo y penetrando el mercado energético mundial.
2.5 Políticas energéticas y económicas inapropiadas
El diseño e implementación de políticas y estrategias energéticas inadecuadas y la falta de recursos financieros suficientes no solamente no han permitido avanzar adecuadamente en la transición energética para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también han creado retrocesos en varios países.
3. Conclusiones
La crisis climática mundial está en el centro de la necesidad de la transición energética actual para lograr una nueva revolución tecnológica, económica, social y ambiental en el uso de fuentes de energía que permitan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Lo que distingue de sus predecesoras, la transición energética que se está llevando a cabo actualmente, es la urgencia de proteger el planeta contra la amenaza del cambio climático, la necesidad de hacerlo lo más rápido posible y la necesidad de desarrollar nuevas y mejores tecnologías de bajo costo que la posibiliten.
Por estas características, la transición energética actual es mucho más compleja que las anteriores.
La evidencia en el mundo muestra que, para evitar crisis energéticas, económicas y sociales de gran magnitud, el consumo en las fuentes de energía existentes no renovables actuales va a continuar aumentando hasta que las nuevas fuentes renovables estén lo suficientemente desarrolladas.
Y para que penetren el mercado energético, deben ser abundantes y de bajo costo para que puedan satisfacer simultáneamente y de manera significativa las fuentes no renovables actuales y adicionalmente el creciente consumo de energía que el mundo requiere para aumentar su bienestar y su desarrollo.
La realidad muestra que las energías tradicionales son necesarias todavía y que su evolución en la participación en la matriz energética irá adecuándose, durante las varias décadas que va a durar la transición energética, hasta que las energías renovables y los combustibles sintéticos (basados en energías renovables) se hayan apoderado por completo de todos los sectores de la economía.
Dentro de este proceso continuo de cambio del sistema energético, el gas natural se va a convertir en la principal fuente de energía del mundo, el cual está adicionalmente fortaleciendo el desarrollo de las fuentes renovables de energía al proveerles el respaldo energético que éstas requieren para su desarrollo.
Este es el caso de la energía solar y la eólica que son las dos fuentes renovables de energía que más están creciendo en el mundo, pero, por su naturaleza misma, son intermitentes y requieren de una fuente de energía firme de bajo costo, abundante y de menores emisiones, como la que provee el gas natural.
Si bien se han realizado importantes avances en varios países del mundo con respecto a la transición energética, las emisiones globales de gases de efecto invernadero que aceleran el cambio climático continúan creciendo.
Costa Rica es uno de los países donde las emisiones han venidos aumentando. Como lo he señalado en varias columnas anteriores, la transición energética en el país no solamente no ha tenido avances relevantes, sino que más bien se han venido dando retrocesos.
Los datos muestran que el país (que emite el 0,02% de las emisiones mundiales) ha venido teniendo un retroceso importante en la transición en energética, ya que el consumo de los caros derivados de petróleo importados ha venido creciendo mucho más rápido que el consumo de energías renovables nacionales, lo que ha creado un aumento continuo de la dependencia petrolera, la cual llega ya al 65% del consumo energético nacional.
Esta situación ha venido provocando un aumento permanente de las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero, en violación total de los compromisos internacionales adquiridos para reducirlas.
Estos compromisos de reducción de las emisiones al ambiente fueron adquiridos por el gobierno de turno dentro del marco del Acuerdo de París del 2015 y, desde ese mismo momento, nunca los cumplió.
Al no realizar el gobierno un cambio real en la política energética, las emisiones más bien han venido aumentando continuamente y continuarán aumentando en el futuro porque no se han realizado los cambios estructurales que se requieren para que las emisiones empiecen a bajar.
Todo esto ocurre porque el país ha venido teniendo una política energética de escritorio llena de sesgos y dogmas y desarraigada de la realidad que, por acción y por omisión, no solamente no permite que la transición energética avance, sino que además causa retrocesos, como los muestran los datos oficiales sobre la evolución del sector energía.
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