Tomate podría reducir su precio a mediados de febrero, según economista de la UNA
El clima y los factores estacionales son algunas de las causas que han provocado el aumento de precio de este vegetal en las últimas semanas
Silvia Ureña [email protected] | Domingo 02 febrero, 2025 12:00 p. m.
Durante el último mes, los consumidores costarricenses se han visto sorprendidos por el aumento en el precio del tomate, un producto esencial en la dieta diaria.
En los supermercados y ferias, el costo del kilogramo llegó a superar los ¢4 mil, pero los expertos aseguran que esta situación no será permanente. Para mediados de febrero, se espera que los precios se estabilicen entre ¢1.500 y ¢2 mil por kilo.
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Leiner Vargas, economista del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe) de la Universidad Nacional (UNA), explica que el incremento de precios está relacionado con factores estacionales y climáticos.
La falta de sol en diciembre, combinada con lluvias intensas por los efectos de los huracanes Sara y Rafael, afectó la cosecha del tomate. Sin embargo, con la entrada de la temporada seca, la oferta aumentará y los precios comenzarán a bajar.
Vargas explica que el ciclo de producción del tomate es relativamente corto, de solo dos semanas. Esto significa que, aunque la cosecha se retrasó debido al mal clima, el efecto sobre los precios será temporal.
“Los tomateros que tienen producciones intensivas con protección solar y contra la lluvia van teniendo cosecha nueva en cada ciclo. Se les atrasó la producción porque faltó sol en diciembre, pero ya en enero se está corrigiendo esa situación”, explicó.
Este aumento en los precios del tomate ha tenido un impacto directo en los hogares costarricenses, y aunque ha generado preocupación, no ha sido un beneficio para los productores. La Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria estima que las pérdidas por las lluvias de diciembre superan los ¢500 millones. Vargas aclara que, lejos de ser un beneficio para los agricultores, el clima adverso ha afectado tanto a productores como a consumidores.
El tomate no ha sido el único producto agrícola afectado. Otros alimentos básicos como la papa, el chile dulce, la cebolla y el pepino también han experimentado aumentos en sus precios, en parte debido a la alta demanda durante la temporada navideña y las alteraciones climáticas. Incluso productos menos consumidos, como el brócoli, han escaseado en los supermercados debido a las difíciles condiciones para su cultivo.
El economista advierte que el cambio climático y sus efectos sobre la producción agrícola en Costa Rica es un problema que debe abordarse con urgencia. En este sentido, sugiere que el país debería avanzar hacia un modelo de agricultura de precisión, utilizando tecnologías que permitan a los productores tener un mayor control sobre las condiciones climáticas, como la temperatura, la irrigación y la protección contra el sol y las lluvias excesivas.
“Debemos tener fincas donde exista una protección ante las alteraciones climáticas y evitar así riesgos ante el exceso de sol en determinados periodos, que controle la aparición de plagas o de lluvias como las que hemos visto y acostumbrar al agricultor a centrase en esos ciclos de dos o tres semanas y no solo en un boom de cosecha que se pueda perder después”, recomendó.
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