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COLUMNISTAS


Una doble penalización

Natalia Díaz [email protected] | Jueves 19 diciembre, 2019


Con gran asombro he leído la noticia que, si por causa de alguna infracción a la Ley de Tránsito que amerite el retiro de las placas de su vehículo, éstas le son retiradas a partir de hoy, es inevitable que permanezca uno mes sin poderlo utilizar.

Se trata de una doble sanción porque se impone una multa, y además el retiro se efectúa con la intención de impedir que el vehículo circule, y lo más grave, por un tiempo indefinido. La Sala Constitucional ha insistido de forma reiterada, que no pueden imponerse sanciones que no se sujeten a un plazo. De esta forma, la administración debe estar sujeta a un plazo para su devolución. Aquí el plazo de hecho es “hasta que las placas estén listas para poder ser devueltas”.

Las oficinas del Consejo de Seguridad Vial (COSEVI) permanecerán cerradas hasta el 5 de enero próximo, fecha en que podrá iniciar apenas el trámite engorroso de la devolución. Si en condiciones rutinarias ese trámite tarda de 2 a 3 semanas, imaginemos lo que sucederá con 2 semanas de asueto de fin de año.

Para poder solicitar la cita en línea de la fecha de retiro, usted debe haber cancelado el parte físico sea presencial en los bancos, o en línea. Sin embargo, para que el parte se encuentre “pagable”, transcurren 6 o 7 días hábiles hasta que lo suben a la cuenta del COSEVI. A partir de ese momento empieza el rastreo de sus placas dependiendo de la región del país donde le realizaron el decomiso.

Además, para el día de la recuperación de estas, se debe aportar al menos 6 documentos en físico relacionados con el vehículo y su dueño registral.

Si un gobierno no está preparado para devolver de manera expedita los bienes decomisados, la más elemental lógica dicta que no se debería multar mientras las condiciones de respuesta a la sanción sean ineficientes.

Usualmente, cuando se da el retiro de placas, este viene acompañado de una boleta cuyo monto ronda los 45 mil colones en la menor de las infracciones; en ese mismo hecho ya se da una sanción económica. Si además se suma el retiro de las placas, provoca la paralización del vehículo, que en la gran mayoría de casos es el instrumento laboral de sus dueños, o el medio de transporte hacia algún sitio de trabajo distante del hogar, el daño que se produce como efecto secundario es otra sanción implícita no valorada como tal. Estamos entonces ante una doble sanción para una misma falta.

El retiro de las placas, reitero, es un abuso del estado contra el ciudadano, su libertad de emprendimiento, y una seria limitante para la producción del sustento diario del individuo.

Todos estos hechos son acciones que cada día restringen más las libertades del ciudadano. Es por ello, que algunos pensadores, con sobrada razón, han enunciado que cada vez que se aprueba una ley se cercena una libertad.


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